El otro día, mientras hacía la compra y el carrito se iba llenando cada vez más de cosas y haciéndose más pesado, inevitablemente me acordé de cómo se muestran normalmente el movimiento de vehículos espaciales en las películas, y qué poco realistas son. "Este hombre ha perdido el juicio" pensaréis, ¿qué tienen que ver las naves espaciales con los carritos del super? Pues mucho, ya lo veréis.
En la inmensa mayoría de las películas, las naves espaciales pequeñas se mueven como si fueran aviones. Hacen picados, realizan curvas y se inclinan a la vez, realizando todo tipo de maniobras típicas de una avioneta o de un avión de combate. Dado que estamos acostumbrados a ver estos movimientos en documentales, películas o incluso en vivo, inconscientemente nos parece normal que una nave espacial realice los movimientos de la misma manera.
Pero esos movimientos sólo se pueden realizar dentro de un fluido, en este caso, la atmósfera. ¿Y por qué? Bueno, porque los motores de un avión, sean helices o turbinas, sólo ejercen su fuerza hacia atrás, de forma que el avión se ve empujado hacia delante (con algunas excepciones, como ciertos aviones de combate que pueden despegar y aterrizar verticalmente). Algunos cazas pueden mover ligeramente sus toberas, y un avión con varios motores puede jugar con la potencia de cada uno de ellos para alterar la dirección de este empuje, pero la forma de maniobrar con un avión es con sus alerones. Debido a la velocidad con la que se mueve un avión, al inclinar un alerón, el propio aire ejerce un fuerza sobre el mismo, haciendo que el avión gire, se incline, cabecee, lo que sea. Podemos experimentar fácilmente con este efecto, sacando la mano por la ventanilla cuando viajamos en coche por carretera (y no conducimos nosotros, claro). Si ponemos el brazo y la palma de la mano completamente horizontales, podremos mantener la posición sin problemas. Pero si inclinamos la palma, en seguida notaremos cómo la fuerza del aire nos la empuja hacia arriba o hacia abajo (depende de cómo la inclinemos).
En el vacío del espacio, no hay aire ni ningún tipo de fluido que nos pueda ayudar a maniobrar de esta manera. Si queremos maniobrar, tendrá que ser siempre a base de motores. Y debido a la
Primera Ley de Newton, si queremos cambiar la dirección, deberemos ejercer una fuerza tanto en la dirección hacia la que queremos ir como en la dirección contraria a la que vamos. Supongamos por ejemplo que queremos realizar un giro de 90º hacia la derecha. Si orientamos las toberas de forma que la nave gire sobre sí misma esos 90º, lo único que habremos hecho es eso: que la nave rote, pero seguiremos viajando en la misma dirección (y además, de lado). Además, antes de completar el cuarto de vuelta, hay que apagar las toberas y encender las contrarias para detener la rotación. Si no, nuestra nave rotaría indefinidamente. Si en vez de rotar, encendemos nuestras toberas del lado izquierdo, o si tras la rotación encendemos las traseras, la dirección de nuestra nave variará, pero no habremos conseguido cambiarla en 90º, ya que nuestra velocidad en esa dirección no varía. Tal vez nos encontremos con que hayamos variado el rumbo en 30º, en 45º, en 60º, pero nunca llegaríamos a los 90º así. Para hacerlo, deberíamos ejercer una fuerza que "frenara" la nave en la dirección anterior. Así, podríamos primero encender las toberas delanteras, detenernos, rotar, y luego acelerar en la nueva dirección. O también podríamos rotar 135º y utilizar nuestras toberas traseras. una vez en la dirección adecuada, rotaríamos 45º en sentido contrario y ya estaríamos mirando hacia la dirección del movimiento.

De hecho, seguro que los que hayan jugado a videojuegos tipo
Asteroids o
Star Control, en los que la nave que controlamos sigue más o menos ese comportamiento (salvo por la rotación y la existencia artificial de una velocidad máxima), habrán utilizado ese tipo de maniobras para girar con rapidez.
Y el que no haya jugado con esos juegos, siempre puede experimentar con el carrito del super, bien cargado. Las cuatro ruedas de esos carritos se pueden orientar en cualquier dirección (si no es así, no nos vale). Si lo llevamos bien cargado de cosas (así la masa será demasiado grande para que el rozamiento influya demasiado), el comportamiento del carrito será muy similar al de una nave en el espacio. Si estamos parados, deberemos empujar con fuerza para empezar a moverlo, pero una vez en marcha, apenas tendremos que empujar. Sólo lo justo para vencer el rozamiento de las ruedas, si están bien engrasadas, claro. Si queremos girar para meternos en otro pasillo, o bien nos detenemos primero y empujamos el carrito en la otra dirección, o bien giramos más de lo necesario y empujamos con fuerza. Si simplemente intentamos girar como si fuéramos en un coche, veríamos que lo único que hemos conseguido es rotar el carrito, que se sigue moviendo en la misma dirección.
Antes he mencionado el rozamiento de las ruedas del carrito. En el espacio no hay rozamiento, por lo que una vez estemos viajando en la dirección deseada y a la velocidad requerida, no necesitaremos seguir "empujando" la nave. Este es otro fallo habitual (que ya comenté en un
envío dedicado a Misión a Marte). Normalmente, en las películas, vemos que la nave de turno tiene unas toberas en la parte trasera, que están siempre encendidas. Otro ejemplo son algunos episodios de
Star Trek: La Nueva Generación, en los que al Enterprise le fallan los motores y se detiene. Y eso no es así. Mientras se ejerza fuerza sobre la nave, ésta acelerará. Y si se detienen los motores, la nave viajará a velocidad constante. Un error similar ocurre también en
Deep Impact, cuando los astronautas se posan en el cometa. En un momento dado, los de la nave tienen que acercarse para recojerlos, y de pronto Robert Duval detiene la nave diciendo que no pueden gastar más combustible. Pues precisamente es deteniendo la nave como se gasta combustible, no dejando que se mueva por su propia inercia.

Supongo que esta forma de ver las naves en el espacio, maniobrando como si fueran aviones en una atmósfera (algunos diseños son incluso aerodinámicos, cuando no es necesario), se lo debemos a
George Lucas y su saga de
La Guerra de las Galaxias. Cuando rodó la primera película de la serie, no quería que se pareciese a lo que era la ciencia ficción cinematrográfica hasta entonces, con planos fijos de una nave poco ágil. Quería mucho más dinamismo. Así que hizo que el equipo de rodaje y efectos especiales vieran documentales de la segunda guerra mundial, para intentar plasmar esos movimientos en las batallas espaciales. Y lo consiguió, pasando a la historia del cine por ello.
Pero mientras que en la saga de Lucas estas piruetas se pueden más o menos justificar alegando que después de todo es más fantasía heróica que ciencia ficción, y que la tecnología de esa galaxia muy lejana no tiene por qué coincidir en absoluto con la que podamos conocer o especular (tenemos robots con sentimientos, espadas de luz, armas que hacen saltar un planeta entero por los aires), en muchas otras películas se cometen esos mismos errores, estando ambientadas en un futuro más o menos cercano, o incluso en la actualidad.
De hecho, creo que tan sólo la película
2001: Una Odisea en el Espacio (y su secuela
2010: La Odisea Continua), y la premiadísima y excelente serie de TV
Babylon 5 (por desgracia, no muy conocida aquí en España, donde ha sido maltratada por TVE y por la propia distribuidora), han reflejado el movimiento en el espacio con corrección, aunque en el caso de Babylon 5 eso sólo se puede apreciar con las naves terrestres, sobre todo con los
Starfurys